Un hombre de familia
El ‘Caballero de los Mares’ se casó con Dolores Cabero y Núñez, con quien tuvo diez hijos. Muchas facetas de su vida familiar quedaron registradas en las cartas dirigidas a ella, a pocos meses de entregar su vida por el Perú.

Foto: Museo Naval Casa Grau de Lima
REDACCIÓN CONTENTLAB
8 de octubre, 2024
Don Miguel Grau Seminario demostró valentía, caballerosidad, honestidad y solidaridad en su vida política y como comandante del Huáscar. Esos mismos valores destacaron también en el ámbito privado. “Hay un conjunto de textos que son bastante interesantes, donde se muestra el interés por la formación de sus hijos, las tareas de su esposa y su cariño hacia ellos. Son cartas muy emotivas”, comenta el historiador y catedrático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Michael Mendieta. Pese a las exigencias de la guerra, Grau mantuvo comunicación permanente con su esposa. A ella se dirigía con cariño para tratar sus preocupaciones familiares, sus temores y decisiones. “No fue una, sino varias cartas, escritas de abril a octubre, en las que le comenta las cosas que debe hacer y el amor que siente por ella. Grau tuvo una vida bastante prolífica. No solo fue marino, también fue político y le dedicó tiempo a su vida privada. Cuando asumió la tarea de impulsar la defensa del Perú, le contó a su esposa la desventaja que tenía el Perú con respecto a la armada chilena”, precisa Mendieta.

Educación
La educación era un pilar fundamental para el almirante Grau, expresa Luis Ernesto Gianoli, director del Museo Naval Casa Grau de Lima. “Él mismo es un ejemplo claro de dicho concepto. La vida lo llevó, desde los 8 años, al mundo marinero. Un mundo rudo, difícil y rodeado principalmente de personas sin estudios. Sin embargo, él identificó muy temprano que su único camino para desarrollarse era estudiando”.
Aunque no tuvo la suerte de contar con una educación convencional, Gianoli manifiesta que Grau tuvo la firme determinación de aprender por sus propios medios, lo que tiene un mérito muy grande, al hacerlo en condiciones adversas. Su deseo de aprender le permitió, con el tiempo, comunicarse en otros idiomas.

En sus misivas, Grau le pedía a su esposa que impulse la formación de sus hijos, tal y como se lee en la carta del 8 de mayo de 1879: “El segundo se contrae a pedirte atiendas con sumo esmero y tenaz vigilancia la educación de nuestros hijos idolatrados. Para lograr este esencial encargo debo avisarte, o mejor dicho, recomendarte, que todo lo que dejo de fortuna se emplee en toda la instrucción que sea posible; única voluntad que te ruego encarecidamente observes con religiosidad, si es que la súplica de un muerto puede merecer algún respeto”.
El director del museo señala que, para Grau, la corrección en el comportamiento era esencial. Ello quedó demostrado en su carta del 29 de mayo de 1879, cuando expresó: “Aconséjalos constantemente y diles (a nuestros hijos) que no se olviden de cumplir lo que me han ofrecido, de estudiar con empeño y esforzarse bien, tanto en el colegio como en la casa. Si ya has cobrado el mes de mayo, cómprales a los muchachos unos vestiditos y camisas, para que vayan siempre aseados a la escuela”.

Retratos de Miguel Grau e hijos. (Foto: Archivo Somos-El Comercio)

Foto: Instituto de Estudios Históricos Marítimos


Valiente defensor de la democracia
Miguel Grau no solo brilló en el campo naval, también tuvo un papel destacado en la política. Su compromiso con la defensa de la Constitución y su participación en el Partido Civil demuestran su profundo respeto por la democracia y su deseo de modernizar el país.
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