“La provincia entera se solventa de la pesca y durante la crisis todo se paralizó. Ante esta situación y gracias a que en nuestro asentamiento humano hay personas solidarias y mujeres emprendedoras, no nos quedamos atrás”, enfatiza Katherine. 

En medio de una reunión vecinal surgió la idea de cocinar para todos y la respuesta de la comunidad fue gratificante: algunos se comprometieron a llevar aceite, otros arroz o plátanos. Algunos prestaban cuchillos, otros tablas de picar y cucharones, y así nació la olla común “Ampliación Miraflores”. “Cada uno colaboraba con los insumos que podía o hacíamos una colecta para comprar pollo, atún o huevo. Nuestro objetivo era ayudarnos entre todos”, señala. 

Alrededor de 15 vecinas comenzaron la travesía de alimentar a más de 70 personas. El primer paso fue crear un comité en el que nombraron a la presidenta, vicepresidenta, tesorera, secretaria, fiscal, almacenera y vocal. Luego vino el arduo trabajo de organización, un punto clave para garantizar el adecuado funcionamiento de una olla. “Nos repartimos las actividades durante el mes. Quien está a cargo en el día debe verificar las compras, cobrar, ver si falta agua, resolver cualquier inquietud de las asociadas y comunicarlo al comité”, destaca. 

Cada sábado tienen reuniones, lo que les ha permitido alcanzar un mejor nivel de orden en la olla. Así, planifican qué van a preparar durante la semana, qué insumos tienen, qué les falta y cómo van a financiarlo. Esta organización les ha servido de puente para encontrar soluciones prácticas en el día a día. 

La unión hace la fuerza

Katherine recuerda que la parroquia de la zona alta de Paita sirvió como un gran soporte para los momentos más difíciles de la pandemia. Aportaban con raciones de verduras, arroz y fideos, así como utensilios de cocina. Sin embargo, en el 2021 anunciaron que ya no continuarían con las donaciones, lo que resultó como una noticia chocante para el comité de “Ampliación Miraflores”, ya que aún no se habían reactivado económicamente. 

El equipo de Katherine ingenió maneras para continuar alimentando a la comunidad. “Esta experiencia nos fortaleció y fue un empujón para sacar lo mejor de nosotros”, señala. Así, unieron fuerzas y empezaron a vender mazamorra morada, arroz con leche, refrescos, papa a la huancaína, papa rellena y todo lo que la gastronomía peruana pudiera ofrecer. 

Sin embargo, a raíz de este suceso muchas personas no continuaron en la olla común y solo 40 socios decidieron mantenerse firmes. En ese escenario crítico llegó el apoyo del programa Ollas Que Desarrollan, trajeron insumos que les ayudaron a preparar no solo almuerzos, sino también picarones para poder vender al público y solventar los gastos del día a día. 

En el asentamiento humano viven cerca de 500 familias y “Ampliación Miraflores” prepara 92 platos diarios. Por esa razón, la meta de la olla común es alimentar a más personas este año. “Nuestro objetivo es abrir las puertas a todos y sé que con esfuerzo vamos a conseguir que más personas se sumen.”, finaliza Katherine.

Súmate a Ollas que Desarrollan para alimentar un mañana mejor

Ollas que Desarrollan es un proyecto de Alicorp en colaboración con la ONG Juguete Pendiente  que está beneficiando a más de 240 ollas comunes en Lima, Piura, Lambayeque, La Libertad, Arequipa, Apurímac, Cusco, Cajamarca y Huancayo. Este proyecto está facilitando el acceso a alimentos y equipamiento, mientras brinda capacitaciones a sus lideresas en temas como gestión, nutrición o emprendimiento, con el objetivo de fortalecer estas organizaciones y ayudarlas a que sean sostenibles en el tiempo.

Únete a esta iniciativa en ollasquedesarrollan.pe.

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