A pesar de ese escenario, las ollas se mantienen como la principal organización solidaria para muchos peruanos. Por ello, Alicorp junto a la ONG Juguete Pendiente, presentó en mayo de este año el programa “Ollas que Desarrollan”. El proyecto tiene como objetivo fortalecer la labor comunitaria que realizan las dirigentes de las ollas comunes del país y con ello ayudarlas a alcanzar una olla sostenible en el tiempo. Un esfuerzo para impactar el trabajo diario de las más de 3,400 ollas comunes registradas en el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) a nivel nacional.

Un modelo de apoyo integral

Para diseñar este programa, Patrick Huggard, director de Desarrollo Sostenible de Alicorp, señala que ambas organizaciones buscaron ir más allá del apoyo económico y la entrega de alimentos. Por un lado, necesitaban ayudar a cubrir la falta de implementos en las ollas comunes, pero también sacar adelante un modelo de formación para que las dirigentes pudieran administrarlas con éxito.

“Muchas veces las ollas que se utilizan son de baja calidad, no cuentan con un cucharón ni utensilios de buena calidad. También hemos encontrado muchos casos en los que las ollas son prestadas o alquiladas”, señala Huggard. En esa línea, en estos 5 meses, “Ollas que desarrollan” ha beneficiado con más de 1 millón de raciones de comida y equipamiento como utensilios, ollas, cocinas, entre otros; a 181 ollas a nivel nacional. 

Si bien estas donaciones cubren las necesidades de emergencia de estas ollas, tienen un rol mayor dentro del proyecto, indica Huggard. De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, el 35% de los integrantes de una olla común dedican de 5 a 6 horas al día a labores como la compra de alimentos y búsqueda de donativos. 

Mujeres líderes y emprendedoras

La formación es el pilar principal de “Ollas que desarrollan”. Cubriendo temas de Emprendimiento, Finanzas, Liderazgo, Sanidad e Higiene y Nutrición, las mujeres que participan del programa reciben asesoría para gestionar cada una de las actividades que se realizan dentro de estas organizaciones solidarias. 

Una olla común, en su estructura, no difiere mucho de un pequeño emprendimiento. Las mujeres que trabajan en ella deben saber administrar recursos, insumos, generar ventas, así como satisfacer a sus clientes – en este caso las familias a las que ayudan – si es que desean mantenerse y crecer.

Para poder desarrollar estas habilidades en ellas, Alicorp y Juguete Pendiente generan contenido educativo que les presenta casos prácticos adaptados a situaciones cotidianas de su vida diaria. Así, las participantes pueden aprender sobre el manejo de ingresos y egresos, a preservar correctamente los alimentos, a generar presentaciones para buscar socios y más. “A la fecha, hemos realizado 21 sesiones de capacitación a 424 mujeres. Esto significa más de 2,400 horas de educación”, dice Huggard.

La respuesta de esta primera promoción de participantes se ve en la asistencia y participación en cada una de estas clases. Los salones se encuentran llenos, las alumnas preguntan, participan e incluso buscan a sus tutores luego de finalizada la lección. Ese entusiasmo motiva a Alicorp, Juguete Pendiente y otras empresas aliadas como BCP y Yape, Asociación UNACEM, Fundación Nova y Record a seguir sumando esfuerzos por el desarrollo de las ollas.

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