REDACCIÓN CONTENTLAB
MAYO 09, 2022

Inodora, incolora e insípida, y aún así es el líquido más maravilloso que existe en este universo. Así es el agua. Calma la sed y nos permite vivir a plenitud, concentrados y con energía para el día a día. Pero, ¿sabías también que puede ser tu mejor aliado para bajar de peso?

“Para bajar de peso es fundamental el agua, en primer lugar porque no tiene calorías”, explica Carlos Castro, médico internista con estudios de investigación en la Escuela de Salud Pública de Harvard University. Y esa no es la única razón que la hace tan efectiva. Nuestro cuerpo contiene una cámara gástrica a donde llegan los alimentos y líquidos que se ingiere. “El agua genera sensación de saciedad al llenar la cámara gástrica”, comenta el espcialista.

Por eso, acompañar las comidas con agua es una gran idea, especialmente si quieres bajar de peso, entre otras razones porque literalmente te llenas con menos y no necesitas un consumo alto de carbohidratos como arroz, papa o pastas. Aunque, claro, tampoco podemos irnos a extremos. El agua no reemplaza a los alimentos y debe ser bebida en la medida necesaria, de forma que garantice nuestra hidratación.

Ahora, los beneficios del agua en las dietas no se limitan a generar sensación de llenura. En un estudio disponible en National Library of Medicine, se sometió a un grupo de personas a 12 semanas de una dieta baja en calorías. Un grupo de ellos tomó medio litro de agua antes de las comidas, mientras que el otro no tomó agua. El primer grupo logró bajar de peso 44% más que el segundo. Es decir, comiendo lo mismo, beber agua puede hacer la diferencia para disminuir de peso.

Y los beneficios de beber agua durante las comidas no se limitan a la ayuda para bajar tallas. “El agua favorece el tránsito intestinal, disminuye la constipación y genera más saliva, por lo que mejora el bolo alimenticio”, explica Castro.

Más allá de la relación del agua y las comidas, la hidratación tiene también una función en los cambios químicos y físicos dentro de nuestro cuerpo. Un organismo mejor hidratado tiene un metabolismo más ágil. Es decir, beber agua ayuda al cuerpo a aumentar el gasto de energía, por lo que es capaz de quemar calorías a un mayor ritmo. Y si quemas calorías en lugar de convertirlas en grasa corporal, estarás ayudando a tu cuerpo a bajar de peso.