Conectarte contigo mismo: ese es el mayor logro del yoga y la meditación. Cuando dejamos de pensar en nuestras obligaciones, cuando dejamos de recordar los errores del pasado, cuando nos liberamos del miedo al futuro, se abre una puerta que nos permite estar en nosotros mismos sin juzgarnos. Podemos concentrarnos en el ahora.

“Nuestras células y nuestros cinco sentidos están todos funcionando solamente en este instante, pero nuestra mente humana tiende a adelantarse todo el tiempo o a recordar”, explica Manuel Kolker, director de Conciencia Plena Perú y practicante de la meditación por más de 35 años.

Prácticas como el ‘mindfulness’, a la cual se dedica Kolker, buscan en primer lugar abstraer a la persona de sus pensamientos, tomar conciencia de que los pensamientos no son la realidad, y devolver a la persona a su centro en el aquí y el ahora. “Uno puede darse cuenta de que su vida es siempre en este instante”, asegura el experto.

Aislados de las ideas, no hay espacio para la ansiedad, el miedo, la rabia o la culpa, emociones que surgen de una mente en constante pensamiento. En cambio, lo que se experimenta es calma. Una paz que el alma agradece y que permite ver la vida con mayor seguridad.

El primero de ellos nos advierte de los peligros y se activa liberando hormonas de estrés que nos permiten enfrentar el peligro o evitarlo (y en situaciones en las que sentimos que ninguna de estas dos opciones servirán, nos paraliza). “Eso nos permite sobrevivir a un contexto que tu cuerpo y tu mente identifican como peligrosas. Ese es el cuerpo con estrés, ansiedad”, explica Mariafé Panizo, doctora en Psicología de James Madison University.

El segundo sistema, el parasimpático, activa la liberación de hormonas como la oxitocina, que nos permite volver a la calma cuando el peligro ha pasado. “Lo que sucede con ejercicios de respiración, con el yoga, con la meditación, es que nos permiten activar el sistema parasimpático y regresar a ese momento de relajación”, señala Panizo. 

Y no solo eso: la meditación permite también identificar el lenguaje que usamos con nosotros mismos. Detectamos la manera en que nos juzgamos. Aprendemos de nuestra voz interior yendo hacia el centro de nosotros mismos. Si normalmente la ansiedad nos hace huir, meditaciones como el ‘mindfulness’ nos llevan hacia adentro. “Nos obliga a escucharnos y prestarnos atención. A ver qué duele. Y eso es bien importante, porque si no sabes qué duele, no te puedes cuidar. No te puedes atender a ti mismo”, comenta la especialista.

Con más de tres décadas dedicadas a la meditación, Manuel Kolker tiene claro cómo atender a su cuerpo. Y eso incluye hasta las funciones más básicas y fundamentales, como la hidratación. “Aprendí a escuchar las señales y, cuando surge sed, tomo agua. Es simple. Con la meditación aprendes a escuchar qué necesita tu cuerpo en qué momento”.