Eres agua: conoce por qué hidratarte es la mejor opción
¿Sabías que el cuerpo está dispuesto a sacrificarse siempre para mantener al cerebro hidratado?
ABRIL 27, 2022
Por eso mismo, es sorprendente el hecho de que mucha gente no tiene buenos hábitos de hidratación. Y es incluso más alucinante saber que a algunas personas sencillamente no les gusta el agua, como se escucha usualmente en los consultorios de doctores y nutricionistas.
Si formas parte de ese grupo, no vamos a dorarte la píldora: estás mal. El agua no solo te da energía, regula tu estado emocional y te ayuda a concentrarte, sino que es fundamental para cada función del cuerpo. “Un ser humano puede vivir sin comer varios días, hasta semanas, porque tenemos reservas. Pero sin agua no duramos más de tres días. Es realmente imprescindible”, aclara Valeria Vento, nutricionista deportiva de alto rendimiento.
Y no hablamos de tomar jugos procesados o gaseosas, que pueden ser una excepción pero no una alternativa para hidratarse. Hablamos específicamente de agua. Ok, puedes incluir variaciones como infusiones o aguas frutadas, pero principalmente debes beber agua, ya sea mineral o potable. A propósito, ¿sabes en qué se diferencian?
Antes de influir en el funcionamiento del corazón, el agua ha hecho un largo viaje que la ha llevado hasta el último tramo del intestino grueso: el colon. Desde allí entra al torrente sanguíneo -explica Marco Carvajal, cofundador y director médico del Instituto de Medicina Funcional en Lima- para distribuirse inteligentemente al hígado y los diversos órganos del cuerpo humano.
¡Cuidado!
Nuestro organismo es sabio y administra adecuadamente la falta de agua, aunque eso no significa que la deshidratación no tenga consecuencias. Carvajal pone como ejemplo al riñón. “Es el primero en sacrificarse si falta agua. Distribuye a todos los órganos hasta quedarse sin nada, entrar en insuficiencia renal y morir”, explica.
Y si el riñón es el primer perjudicado, el último sobreviviente del barco es el cerebro. El 80 por ciento de su composición es agua, y el cuerpo hace todo lo necesario para salvar cada gota. Con una ligera deshidratación, sentimos fatiga y hasta dolor de cabeza, aunque todo se agrava si el proceso se hace más agudo. Luego llegan la irritabilidad y la incapacidad para pensar con claridad, aunque no hay por qué llegar a este punto. Escuchando a nuestro cuerpo y adoptando hábitos tan sencillos como cargar un termo con agua y rellenarlo habitualmente, le daremos a nuestro organismo el mejor regalo que puede recibir. “Un 80% a 90% de personas anda por el mundo con malos hábitos de hidratación”, calcula Carvajal. La misión es clara: no seguir al rebaño.
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