REDACCIÓN CONTENTLAB
ABRIL 22, 2022

Que no te sorprenda saber que puedes estar deshidratado, es mucho más común de lo que crees. Y es un problema serio. A largo plazo, la falta de agua en tu cuerpo puede provocarte afecciones renales, urinarias y cardiovasculares, según precisa la organización Mayo Clinic. ¡¿Y cómo no, si somos 70% agua?! 

Imagina qué tan importante es, como para que la principal tarea de nuestra piel sea –justamente– aislar del ambiente al agua que llevamos dentro. Nacimos del agua y vivimos gracias al agua. “Es el componente principal de todos los fluidos corporales. Está involucrada en casi todas las funciones, como circulación, absorción, digestión y eliminación”, explica la nutricionista y kinesióloga Leah Donatiello, especializada en nutrición para deportistas acuáticos. 

Si eres de los que no tiene una relación cercana con el agua, pues piénsalo nuevamente. “La gente tiene que tomar agua. Sí o sí”, afirma tajantemente la nutricionista Talía Gallo. Sacarla de tu vida tiene un costo muy caro. Y si lo quieres pensar en positivo, te comentamos que estar bien hidratado te da beneficios inmediatos, como una mejor concentración y mayor energía para tu día a día. Además, previene problemas como dolores de cabeza e irritabilidad. Por eso, si aprendes a detectar las primeras señales de deshidratación, estarás un paso adelante en tu calidad de vida. Y todos queremos vivir mejor, ¿cierto?

Ahora, nada cambia de la noche a la mañana. Para aprender a hidratarte tienes que ser un buen estratega y seguir las recomendaciones de las que más saben. “Mi primer consejo es que en los almuerzos y cenas tomen agua, para que puedan aprender a disfrutar una bebida sin sabor”, comenta Talía Gallo. Los refrescos y las gaseosas tienen mucho sabor, pero no pueden ser tu principal fuente de hidratación. ¡De ninguna manera!

Otra buena estrategia para generar en ti mismo el hábito de hidratarte es crear recordatorios. Leah Donatiello recomienda una idea divertida: lleva siempre un termo contigo y ponle alrededor tres ligas, por poner un ejemplo. Cada vez que termines el agua de tu termo, puedes retirar una liga. Así, al final del día habrás tomado toda el agua que necesitas.

Para que tu hidratación esté asegurada, lo primero es saber cuánta agua necesitas realmente. Lo ideal es que un nutricionista te analice y te diga cuál es tu requerimiento diario, según tus características, el clima del lugar donde vives y tu nivel de actividad diaria. Sin embargo, si no puedes costearlo por el momento, aplica esta regla simple: multiplica tu peso por 35 y el resultado es la cantidad aproximada de mililitros que debes beber al día. Si haces deporte habitualmente, multiplica tu peso por 40.