REDACCIÓN CONTENTLAB
Martes 19 de marzo, 2024

Aquel domingo, Marco había terminado sus tareas y se fue a dormir con una sola cosa en la cabeza: el partido que jugaría con sus amigos durante el recreo. Pero su vida cambió en horas. Esa noche, llovió como nunca antes había visto en su vida. Su casa, su barrio, todo se llenó de agua. En medio de la inundación, sintió que la lluvia no solo se había llevado sus pertenencias, sino su alegría y los planes que tenía a futuro. Ir al colegio y jugar ya no era posible tras la emergencia.

En el Perú, miles de niños como Marco sufren las devastadoras consecuencias de los desastres provocados por fenómenos naturales que tienen mayor impacto en zonas vulnerables. En nuestro territorio, tenemos una amplia variedad de climas y eso nos vuelve altamente propensos a sufrir emergencias tales como el Fenómeno de El Niño (FEN), temporadas de lluvias torrenciales, huaicos, inundaciones y sismos frecuentes que pueden llegar a convertirse en terremotos altamente destructivos, según su intensidad.

Nuestro país ha llegado a tener, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INEI), hasta más de 2.000 lluvias intensas al año. Al respecto, la data más reciente del Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) revela que la temporada de lluvias de 2023 dejó a su paso más de 120.000 damnificados, 716.069 personas afectadas, 103 fallecidos y 10 desaparecidos.

Este mismo desastre, según INDECI, afectó a niños y niñas de otras formas. También se supo de 520 aulas destruidas, más de 8.000 afectadas y cerca de otras 2.000 declaradas como inhabitables. Lo cual privó a miles de menores de su derecho a la educación. 

Entonces, ¿cómo se puede recuperar la alegría después de perderlo todo? Los niños que han vivido un desastre natural tienen que enfrentar una realidad llena de desafíos. Además de la indiferencia y la falta de políticas públicas como respuesta efectiva ante emergencias climáticas que se repiten año a año.

“En un contexto de emergencia, los niños y niñas tienen un impacto significativo. Porque no solamente pierden la vivienda, el abrigo y otros insumos materiales ante el desastre, sino que también pasan por una afectación socioemocional por la pérdida general (de familiares, mascotas, pertenencias, etc.). Además, claramente, quedan expuestos a que sus derechos no sean respetados”, nos cuenta José López, coordinador de Gestión de Riesgos y Desastres de World Vision en Perú. 

¿Qué está haciendo el Estado peruano para atender a los niños en emergencias?

Para atender a la población civil ante emergencias por desastres, el Estado peruano tiene una organización multisectorial en la que —según señala el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) en su web— se tienen como entidades de primera respuesta a las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional del Perú; el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios; Essalud, Ministerio de Salud (Minsa); la Cruz Roja Peruana; Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), entre otros.

Como se conoce, el MIMP se centra en la protección y atención de niños, niñas y adolescentes, quienes conforman más del 40% de las poblaciones vulnerables que requieren su atención. Ante situaciones de emergencia o desastre, ha implementado la estrategia SonRIE, la cual busca promover la recuperación socioemocional de los menores a través del juego, involucrando activamente a los padres, madres y adultos responsables en este proceso. Durante el año 2023, esta iniciativa permitió brindar apoyo a más de 4.700 niños, niñas y adolescentes, así como a 2.257 padres y madres de familia, además de capacitar a aproximadamente 520 líderes comunitarios en 17 zonas distribuidas en 12 provincias y 16 distritos, según el informe realizado por la viceministra Elba Marcela Espinoza Ríos.

Por su parte, la Defensoría del Pueblo ante las lluvias de 2023, “supervisó la atención de las emergencias generadas y realizó 354 intervenciones tales como el empadronamiento de personas afectadas, ayuda humanitaria, establecimiento de almacenes y albergues temporales, rehabilitación de infraestructuras y servicios básicos, entre otros”, según nos cuenta Russell Zevallos, comisionado de la Adjuntía para la Administración Estatal.

Este tipo de desastres, además de la destrucción material, crean el entorno ideal para que la seguridad y desarrollo de los menores de edad se vean comprometidos. “Por este tipo de eventos, los niños y las niñas muchas veces no logran acceder a la alimentación adecuada y en consecuencia enferman en un entorno en el que no hay un establecimiento de salud para que los pueda atender”, comenta José López. Agrega que “solo esto, ya los expone a contraer enfermedades infecciosas por inseguridad en temas como el acceso al agua u otros temas relacionados a la salubridad“. El hacinamiento, la contaminación, propagación de enfermedades y la violencia sexual son riesgos adicionales que enfrentan.

Ante ello, el Ministerio Público se encuentra ejecutando parte de un plan de acción ante esta realidad. “Se ha enfatizado el despliegue de actuaciones en prevención del delito, procurando promover, desde nuestro marco funcional, a que las entidades estatales involucradas en la tarea de prevención de riesgos del FEN, como son los gobiernos regionales y locales, ejecuten sus funciones en dicho sentido, a través de un trabajo secuencial y permanente, pues de lo contrario devendría en el delito de omisión de funciones”, señala al respecto la Dra. Lorena Villanueva Zúñiga, Fiscal Superior Provisional, Coordinadora Nacional de las Fiscalías Especializadas en Prevención del Delito.

Lamentablemente, la capacidad de las instituciones públicas para atender eventos de esta magnitud es limitada. “Según los hallazgos del ‘Informe Defensorial N° 006-2023-DP/AAE ’, evidenciamos una limitada capacidad técnica y operativa por los gobiernos subnacionales en diversas regiones que dificultan una oportuna atención de las personas damnificadas y afectadas, así como del desarrollo de las actividades de emergencia”, afirma Zevallos.

Pese a ello, en la actualidad el trabajo intersectorial ante la emergencia que representa el FEN se encuentra en proceso de desarrollo. Por lo pronto, la Defensoría del Pueblo tiene programado hacer una supervisión a los gobiernos regionales en los próximos meses de 2024, según confirmó Zevallos. Y la Fiscalía se mantiene en su rol de vigilancia para el debido cumplimiento de funciones.

“A mí me preocupa tener mi casa bien y proteger a mis niños, que son lo primero”,  señala Diana Vásquez, madre de familia, del distrito de La Esperanza, en Trujillo. Ella ha recibido capacitaciones de parte de World Vision, incluso decidió asistir junto a sus menores hijos e hijas a los talleres sobre prevención, para asegurarse de que están preparados ante cualquier emergencia como el Fenómeno El Niño (FEN). 

Cerca del 50% al 60% de las víctimas de emergencias climáticas a nivel mundial son niños y niñas. Por eso, es importante apostar por una cultura de prevención. 

El trabajo de World Vision reside también en generar un nexo entre las familias afectadas y el gobierno, para salir adelante ante la emergencia. Poniendo especial énfasis en la protección de la infancia, “World Vision desea que nosotros estemos preparados para cualquier evento que pueda suceder aquí en nuestros sectores”, nos cuenta Mónica Cori de la Cruz, dirigente del sector El Mirador 2. “El ciclón Yaku ya nos había cogido de improviso, ahora en el Fenómeno del Niño se trata de que la gente esté preparada, informada a través de las charlas que han venido dando. En mi persona lo que he podido aprender, es cómo podemos desplazarnos ante este tipo de desastres que puede haber, cómo debemos ayudarnos nosotros como comunidad, y también como vecinos, quiénes son las primeras personas que debemos evacuar en caso de que suceda cualquier tipo de desastre”, destaca del trabajo con la organización.

La prevención es fundamental para que las personas, principalmente los niños, tengan una oportunidad ante el desastre. Al respecto, Guillermo Salcedo, Gerente Regional Centro Norte de World Vision, señala que el programa de atención en emergencia de la ONG se enfoca en prevenir las consecuencias que una emergencia climática pueda tener sobre las personas. En los talleres, las comunidades aprenden de “rutas de evacuación y la elaboración de los mapas de gestión de riesgo de desastres, que son muy importantes para saber a dónde acudir y qué hacer”. 

Por eso, para reducir el impacto de las emergencias, es crucial destacar la importancia de la colaboración entre la familia, la sociedad y el gobierno. De esta manera es posible mantener y expandir proyectos preventivos y de acción inmediata como los que lleva a cabo World Vision.

Contribuir significa ayudar a crear un mundo donde cada niño y niña pueda crecer protegido, con habilidades para la vida y participar activamente en su comunidad. Juntos podemos proteger a niñas, niños y adolescentes hoy, si deseas ayudar a la protección de la infancia en situaciones de emergencia puedes conocer más y unirte a la labor de World Vision, aquí.

World Vision: Protegiendo juntos el futuro de la infancia

Cuando los niños crecen en entornos seguros, tanto física como emocionalmente, pueden lograr grandes cosas. Conoce la labor de World Vision para salvaguardar el bienestar de los niños y niñas frente a las emergencias por desastres naturales.