Cada vez que los alumnos del colegio Cristo Rey Ttikariy de Quispicanchi, Cusco, escuchan que tendrán clases de lectura aplauden de emoción. Ya juntos en sus aulas, a más de 3,300 msnm, se impacientan por descubrir cuentos, ganar puntos y, sobre todo, continuar aprendiendo en su lengua materna. Jugarán ‘Yachasun’ (Aprendemos), una aplicación creada por la educadora Reyna Rodríguez que les a permitido mejorar su comprensión lectora valorando su propio idioma. 

Desde que era una niña, la profesora Reyna Rodríguez, siempre tuvo presente una meta: cambiar la experiencia educativa de los menores quechuahablantes. Sus días en la escuela le marcaron ese norte. A pesar de la existencia de 48 lenguas originarias en el Perú y que cerca a 4 millones de ciudadanos hablan quechua, ella tuvo que padecer al tratar de entender las materias en castellano. En ese momento pensó: “Si yo enseño, esto puede cambiar, los niños pueden lograr sus metas”.

Estaba decidida a convertirse en maestra. Para el 2018, su sueño de transformar la educación rural comenzaba a materializarse. Asumió el cargo de profesora y directora del colegio Cristo Rey Ttikariy, que en ese momento operaba bajo el modelo unidocente – un solo educador a cargo de toda la institución . Ello le dio flexibilidad para desarrollar proyectos como los carritos lectores: un concurso interno donde, por cada lectura realizada, los alumnos movían automóviles de papel hasta llegar a la meta.

La escuela también era parte del programa Aula Digital de Fundación Telefónica. Esto permitía que los niños interactuasen con tablets y juegos educativos instalados en ella. La profesora notó cómo sus estudiantes competían y se motivaban entre si para lograr avanzar de nivel en juegos que ponían a prueba su razonamiento matemático y pensamiento crítico. Esa emoción, pensó, podría ser la solución para superar los bajos niveles de lectura del plantel.

“En la evaluación censal el 42.49% de nuestros niños estaban por debajo del nivel de inicio, es decir no podían contestar ni las preguntas literales”, recuerda la docente. “Me dije yo puedo hacer una app donde los niños lean y por cada lectura puede haber puntos, rankings o pueden comprar accesorios para mascotas. Mi imaginación voló”, cuenta la profesora.

Ese fue el inicio de Yachasun. Con la llegada de la pandemia y las clases distancia, la profesora supo que era el momento de aterrizar la idea. Recurrió a la ayuda de su hermano y sobrino que se especializaban en desarrollo web y de sistemas. Utilizando el modelo de los recursos de gamificación de Villaplanet – juego educativo de Fundación Telefónica – crearon un mundo en el que la lectura les permitiría los niños ganar puntos, trasladarse entre planetas y adquirir monedas para comprar accesorios para sus mascotas virtuales. 

Pero más allá de estos recursos, el elemento central de Yachasun sería la facilidad que tendrían los niños para acceder a este conocimiento en su lengua materna. En la aplicación los niños encuentran cuentos y textos tanto en quechua como en castellano, haciendo la transferencia de conocimientos más sencilla para ellos, señala la profesora. Además, despertaba el interés por acercarse a nuevas lecturas. “El quechua es oral. Entre los padres y niños no está la tradición de comprar libros o cuentos para antes de dormir”, indica.

Los resultados de Yachasun se han visto rápidamente sobre los niños. Algunos comenzaron a superar los niveles satisfactorios de lectura, mientras que otros aumentaron su motivación por leer. Para este 2022, la profesora Reyna quiere llevar a este recurso al siguiente nivel combinándolo con actividades presenciales en el colegio y en la comunidad. “Crearemos un diario lector en el que podrán escribir o dibujar las partes que les ha gustado más de la lectura”.

A su vez, planea recoger las historias de los sabios de las comunidades junto a los niños. Así podrán recoger todos los conocimientos orales de mitos o tradiciones en quechua, y llevarlas a la virtualidad. “Estamos soñando algo grande con ese proyecto. No solo queremos llegar a la institución, queremos ver como Yachasun puede contribuir a otras escuelas”, dice emocionada la maestra.