Muéstranos que la belleza peruana luce como tú

L as peruanas estamos luchando por romper con los estereotipos, para mostrar lo que verdaderamente somos: mujeres fuertes, diferentes, orgullosas y, sobre todo, reales. Basta con mirar alrededor de nosotras para descubrir ejemplos que nos llenan de orgullo, como el de Karol Calampa, una mujer con acondroplasia que el año pasado posó para el lente de la fotógrafa Ángela Ponce y se convirtió en una de las representantes de la campaña #Muéstranos, de Dove.

Cuando tenía cinco años, Karol notó que las personas la miraban extraño. Sus padres le explicaron que su pequeño tamaño siempre llamaría la atención, y ella lo aceptó. “No fue un proceso fácil”, recuerda. Sin embargo, la emoción la inunda al pensar en que hoy ella representa la belleza de las mujeres peruanas. “Es alucinante ser una modelo. Me siento muy emocionada” comenta entre risas.

Sus fotos aparecieron en vallas publicitarias y en los portales GettyImage y Girlgaze, con las etiquetas “mujer hermosa” y “mujer real”. Fue un adiós a descripciones como “discapacidad” o “deficiencia”, y una nueva batalla ganada contra los estereotipos que, por muchos años, determinaron la forma en que nos mirábamos a nosotras mismas.

Hablar de belleza entre mujeres peruanas no es una conversación sencilla. Cada una de nosotras ha atravesado un proceso distinto de aceptación y revaloración de su apariencia. Como señala la comunicadora y activista afroperuana Ana Lucía Mosquera, la belleza peruana se ha construido tradicionalmente en patrones alejados de nuestra diversidad. “Las personas no se ven (en los medios) y piensan que siempre van a formar parte de esta otredad que nunca es reconocida como algo normal o válido”, comenta la especialista. Esa otredad en la que han estado ocultos nuestros cabellos rizados, nuestras estrías, nuestras arrugas o nuestros rasgos nativos es lo que hoy las peruanas revaloramos, porque nos convierte en mujeres con bellezas reales.

El análisis de Mosquera coincide con un estudio realizado en 2019 por la consultora Edelman Intelligence, a pedido de Dove, que reveló que el 70% de las mujeres no se identifica con los modelos que ve en la publicidad. Por ello, bajo el movimiento #Muéstranos, Dove se propuso mostrar al mundo una visión más inclusiva de la belleza, donde se rompan los estándares de lo que es considerado bello y se muestre a las mujeres tal como son, con sus propias bellezas. En Perú, lanzó #MuéstranosPeruana, un movimiento que invita a exhibir con orgullo la belleza peruana, esa diversidad que nos hace extraordinarias.

Karol es una de las representantes globales con que Dove destaca la belleza de las mujeres reales, pero no es la única. En el Perú, se suman al llamado otras mujeres como la puneña Nataly Huancanco. “Las mujeres con polleras no sentimos absolutamente nada de vergüenza, somos muy luchadoras”, dice orgullosa Huancanco, una ingeniera civil que decidió mostrar lo divertido de la vida en la sierra y la belleza de sus bailes tradicionales y su cultura a través de un canal de Tik Tok con más de 110 mil seguidores.

Nataly siempre supo encontrar su belleza en la fuerza de sus raíces. Su familia fue fundamental, especialmente por la crianza que su padre le dio a ella y sus seis hermanas: “siempre nos empoderó”, recuerda Nataly.

Ese mismo apoyo fue el que impulsó a Iris Wipio, mujer awajún, a cumplir sus metas. Desde pequeña intentó mostrar con orgullo su cultura –su “uniforme”, en sus palabras– , y el primer nombre que sus padres le pusieron: Yayanua, mujer estrella. “No fue fácil. En la ciudad, a la herida le dicen yaya, me molestaban diciéndome mujer herida”, comenta.

Orgullosa de su identidad, Iris se presentó en desfiles de moda y eventos universitarios donde sintió que, muchas veces, sus facciones eran poco valoradas. Sin embargo, en el ‘Miss Turismo 2018’ de la región Amazonas entendió que lo que algunos llamaban defectos eran en ella belleza. Una belleza real. “Tuve miedo, pero en la pasarela me sentí como pez en el agua. Me olvidé de todos los que habían dicho que no puedo”, recuerda. Fue la primera vez que una mujer del pueblo awajún ganó este certamen.

La manera en que lucimos cuenta una historia y revela de dónde venimos. “El cuerpo es identidad, desde qué tipo de cuerpo tenemos y cómo lo decoramos, ya sea con ropa o maquillaje. Es lo que queremos mostrar, cómo queremos ser”, señala Marisú Palacios, especialista en estudios de género y coordinadora de proyectos en la organización Ayuda en Acción.

Palacios y Mosquera coinciden en que en la infancia se arraigan con intensidad los estereotipos de género, cuando erróneamente las peruanas aprendemos que nuestra validación recae en lo que dicen de nosotras personas como compañeros de estudios o maestros. Por ello, consideran que mostrar la diversidad de nuestra sociedad desde la publicidad y los medios contribuye a crear un sentido de identificación. Así, en el futuro las peruanas crecerán entendiendo que su identidad particular es lo que las hace realmente bellas.

Pero Nataly e Iris no fueron las únicas que quisieron unirse al movimiento #MuéstranosPeruana y alzar la mano para pedir un cambio. La diversidad de la mujer peruana nos muestra también ejemplos como el de Vanessa Portugal, una madre, bombera y enfermera para quien mirarse de frente es reconocerse bella por sus inmensas ganas de ayudar a otros. Durante esta emergencia sanitaria le ha tocado hacer de hermana, madre y único apoyo de muchos pacientes. En su rostro quedan marcas por el trabajo sin descanso usando mascarillas. Nota las mismas marcas en sus compañeras, y le hacen sentir orgullo. “Las hace hermosas. Por su fuerza interior son capaces de sacar a adelante a la familia que tienen. Las hace grandes”, comenta.

A este grupo de mujeres peruanas se suma también la actriz autista Rosa Victoria Chauca, quien por mucho tiempo sintió que no encajaba en los moldes sociales. “Muchos comportamientos que tenía eran para pasar desapercibida”, recuerda. Con fuerza y convicción, venció los estereotipos que dicen que las personas autistas se encierran en su mundo y, después de estudiar artes escénicas, ha sabido hacerse un espacio importante como actriz y animadora cultural.

Su diagnóstico de autismo nivel I llegó bastante tarde. Con casi 28 años entendió el porqué de muchos momentos dolorosos y la razón por la cual le costaba comunicarse con los demás. Ahora, al verse al espejo reconoce todo de sí con gusto y lo valora. “Cuidar de ti y quererte es lo más básico y elemental, aunque también lo más difícil”, reflexiona.

Detrás de cada peruana hay una historia que mostrar. Vidas llenas de coraje, diversidad y belleza, en la que estamos incluidas todas, como las mujeres de este reportaje. Pero, para hacer visible esta belleza, se necesitan cambios en los medios y la publicidad. Necesitamos tomar conciencia de la urgencia de mostrarnos como somos y enorgullecernos por esa belleza auténtica. Únete tú también y #MuéstranosPeruana tu belleza, esa que es tan real como tu fuerza.