Antes de botar esa caja de cereal o esa botella de agua que estás a punto de dejar vacía, piensa en qué otro uso le podrías dar en casa. ¡Anímate a reciclar! Si pones a volar tu imaginación y creatividad, eso que ahora es un desecho puede convertirse en un divertido juguete para tus hijos o una pieza utilitaria para tu hogar.

Reciclar es una manera más sencillas de poner tu granito de arena para ayudar al medio ambiente. Según un informe de la organización británica Verisk Maplecroft, cada año se producen más de 2.100 millones de toneladas de desechos, lo suficiente para llenar más de 800 mil piscinas olímpicas. De este monumental número, lamentablemente solo el 16% (unas 323 millones de toneladas) se recicla. 

Ayudar a salvar el planeta también es una actividad divertida para compartir con los más pequeños de la casa. Pueden desde fabricar juguetes con algunos empaques, hasta teñir una camiseta vieja para volverla a usar, todo cuenta. Así, poco a poco, irán adquiriendo esas buenas costumbres desde la infancia y normalizarán en sus prácticas cotidianas el cuidado del planeta.

“Al crear hábitos a una edad temprana es más probable que estos perduren para toda la vida, pues ayuda a consolidar comportamientos. Los niños y niñas cumplen un rol importantísimo de control social. Terminan siendo los mejores fiscalizadores de lo que pasa en casa y mantienen a raya a toda la familia”, señala Bruno Monteferri, director de Conservamos por Naturaleza, iniciativa de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).

El experto indica que es importante empezar a reutilizar las cosas que parecen tener un solo uso, siempre que ello no perjudique nuestra salud: “En materia de reciclaje en casa, lo primero es aprender juntos qué es reciclable y qué no. Aún hay mucha desinformación en torno a ello y esa información es clave para cambiar hábitos de consumo”.

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