Estas semanas de aislamiento social son una oportunidad para fortalecer los vínculos familiares, dar rienda suelta a la creatividad y lograr nuevos aprendizajes. “Estamos ante la oportunidad perfecta para acercarnos, para estar juntos. Esto es sumamente significativo para los niños y los papás”, señala Melissa Valdivia, terapeuta psicomotriz Aucouturier.

Realizar actividades cotidianas en familia puede ser altamente satisfactorio si se logra una dinámica fluida y lúdica, pues ello afianza los vínculos y mejora el aprendizaje. “Hacer estas actividades, como cocinar juntos, genera en el niño un sentido de pertenencia a su ‘tribu’”, precisa la experta. También se puede crear espacios adaptados para los más pequeños. Para ello, Valdivia recomienda informar al niño que este espacio puede ser habitado y transformado por él mismo, de forma que se involucre activamente en la dinámica.

Para lograr mejores resultados, la familia puede establecer horarios en los que compartan actividades como ver una película juntos o visitar un museo de forma virtual. Ya sea que se decida por una u otra actividad, los padres deben actuar siempre como guías para resolver las curiosidades y dudas de los niños. Así, los momentos de diversión se convierten también en espacios de aprendizaje.

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