Vanessa Atencio: la profesora que busca una conectividad inclusiva

La primera vez que Vanessa Atencio vio la emoción que una tableta digital producía en manos de un niño hospitalizado, se sintió reconfortada. Supo, en ese momento, que había encontrado una herramienta poderosa, el compañero ideal para cumplir su meta: acercar una educación de calidad a alumnos con necesidades especiales.

Era el año 2000, cuando la profesora del Colegio de Educación Básica Especial (CEBE) La Sagrada Familia, en el distrito de Magdalena, comenzó a participar en el programa ‘Aulas Hospitalarias’ de Fundación Telefónica. En esa experiencia, que consistía en ir brindar clases a niños que se encontraban enfermos o recibiendo tratamiento en hospitales, notó que los recursos tecnológicos y metodologías propias de la educación digital lograban estimular el aprendizaje en niños que presentaban alguna discapacidad.

“Vi una estrategia y la quise compartir”, recuerda la docente de educación especial. Años después, llevó todo lo que había aprendido durante las clases y capacitaciones en los hospitales hacia su centro de trabajo. Conversó con la directora de su institución y formando parte del Servicio de Apoyo y Asesoramiento para la Atención de las Necesidades Educativas Especiales (Saanee) comenzó a desarrollar herramientas digitales inclusivas junto a sus colegas.

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El proceso no fue sencillo. Vanessa se encontró con profesores de distintas edades y diferentes realidades que con el tiempo notaron la respuesta de los alumnos hacia estas nuevas herramientas. “Ellos ahora se sienten motivados al ver como han quedado sus aulas virtuales”, señala la educadora, quien además comenta orgullosa cómo su equipo de trabajo ha podido hacerle frente a las dificultades ocasionadas por la pandemia. 

Cada mañana, antes de comenzar clases, los docentes de educación especial del CEBE La Sagrada Familia se reúnen por Zoom junto a la profesora Vanessa. Ella, al igual que hace veinte años sigue con la misma motivación por atender las distintas necesidades y compartir su conocimiento con los demás. Hoy su mayor satisfacción es escuchar de sus docentes que todo lo que aprenden impacta finalmente en el hogar de los estudiantes. “Los padres dicen: todo esto es bonito, es para nuestros hijos. Eso nos motiva”, dice la profesora.