Silvia Yencapayo: incentiva a niños hospitalizados con creatividad digital

Cuando Silvia Yencapayo era niña solía ver a su padre, profesor de secundaria de un colegio en Arequipa, corregir exámenes. Lo observaba curiosa y atentamente, hasta que un día él le pidió ayuda para calificar las pruebas. Le explicó que cada pregunta tenía un valor y ella, sentada a su lado, revisaba minuciosamente cada evaluación. En ese momento supo que la educación era su vocación. “Me encanta enseñar y lo he hecho desde siempre”, dice alegre.

Siguió en la carrera de educación con mucho empeño y, en medio de este camino, se presentó una oportunidad que marcaría su futuro: “nos convocaron para trabajar en las aulas de un hospital como parte de nuestras prácticas pedagógicas. Yo acepté de inmediato”, recuerda la docente. Para ella era una propuesta interesante e innovadora. Rápidamente le tomó cariño a los niños, a quienes podía apoyar gracias a la capacitación que recibía en el programa.

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AULAS INNOVADORAS
El proyecto Aulas Hospitalarias, desarrollado en el país por Fundación Telefónica hace más de 20 años, cautivó a Yencapayo. Aunque en un inicio no fue sencillo trabajar junto a alumnos con necesidades especiales o que padecían al recibir el tratamiento, la profesora asumió este reto al ver que la actitud de los pequeños pacientes cambiaba por la emoción de entrar a las clases. “Sus rostros se transformaban, se veían más alegres”, recuerda.

Por ello, no dudó en especializarse como docente hospitalaria. Aprendió lo necesario para asistir a niños hospitalizados y responder a sus necesidades educativas y emocionales. También, dentro de este programa de formación, entró en contacto con herramientas tecnológicas y un aula digital que le permitió experimentar con el uso y creación de nuevos recursos educativos virtuales.

ESFUERZO DIGITAL
Su dedicación la llevó a trabajar en el Hogar Clínica San Juan de Dios del Cusco y, en los últimos meses, a enfrentar los cambios ocasionados por la pandemia con gran predisposición. Junto a sus compañeras del equipo de docente hospitalario enfrentaron las clases a distancia, desarrollando recursos creativos como videos en Youtube, gráficos interactivos en la plataforma Genially y explorando redes como Tik Tok para estimular a los niños en clase. “Fue reinventarnos e ir trabajando sobre la marcha”, señala.

Los recursos desarrollados por la educadora y sus compañeras ayudaron no solo a los alumnos de las aulas hospitalarias, sino también a otros niños y padres que tenían dificultades para llevar las clases virtuales. “No podíamos rendirnos. Eran muchos los padres que no sabían nada sobre tecnología”, explica. Por eso, también desarrollaron juegos educativos – recursos de gamificación – que no requerían de conectividad. “Solo tenían que descargarlos para luego usarlos sin Internet”, agrega.

De esta manera, el esfuerzo de las docentes impactó positivamente en la motivación de los alumnos que estudian en las aulas hospitalarias y fuera de ellas. Como señala Yencapayo, los estudiantes son felices al colgar sus propios videos o explorar sus tareas en Padlet, que es la pizarra colaborativa que emplean en las clases. La pandemia, destaca la maestra, le ha enseñado que la tecnología llegó para quedarse y que como educadora puede seguir aprendiendo, creando e innovando.