Ingresó a la universidad a estudiar Ingeniería de las Telecomunicaciones, pero se dio cuenta que esto no la apasionaba. Experimentó en otras carreras y fue jugando con Legos que a sus 17 años en un curso introductorio de Ingeniería Mecatrónica sintió de nuevo esa conexión que tuvo en el taller de automatización. “Cuando pude armar mi primer robot, programarlo y diseñarlo para que cumpla tareas en específico, en ese momento, fue que me sentí segura y decidí seguir esa carrera”.

Camino al éxito

Al graduarse de la universidad, Mónica Abarca, trabajó en una mina en Piura siendo ingeniera de campo. Pero fue en esta época que escuchó sobre Singularity University en Silicon Valley, un centro de emprendimiento donde se enseña sobre tecnologías exponenciales para solucionar los grandes problemas globales. Postular era retador, pero lo hizo y presentó un proyecto que había desarrollado como parte de su tesis. Un dron que servía para monitorear la calidad del aire. Su proyecto fue seleccionado, así que renunció a su trabajo y logró irse por tres meses becada por el estado. 

Según la Unesco, solo el 29.3% de mujeres a nivel mundial son investigadoras. 

Luego de su paso por Estados Unidos, en Lima fundó qAIRa, una empresa en la que desarrolla tecnologías para el monitoreo del medio ambiente y la calidad del aire. Esto lo logran a través de drones y sensores que miden gases como monóxido de carbono, dióxido de azufre y polvo. Actualmente, lleva seis años en el mercado y trabaja con gobiernos locales, empresas, industrias y familias para mejorar la calidad del aire que respiramos todos. 

Con qAIRa ha ganado premios como “Best Woman Entrepreneur” de Seedstars, “Ideas Audaces” de CONCYTEC/FONDECYT, Startup Perú 6G de Innóvate Perú, Mejor startup de Latinoamérica en los premios MIT 100K LATAM y Premio Especial KIPA en Korea International Women’s Invention Exposition (KIWIE 2020). 

El tiempo que pasó en Silicon Valley también fue clave para abrir más su campo de acción. Así en agosto del 2015, en Boston nació Bloomer Tech: una organización con la que buscan generar data de salud, específicamente de las mujeres, que ayude en el futuro a que los diagnósticos y medicinas que se desarrollen sean más equitativos. “Hoy en día, hay muchos tratamientos y conocimiento médico que está basado en ensayos que sólo se han hecho en hombres y las enfermedades no se manifiestan igual en las mujeres”, explica Abarca.

“No podemos permitir que el miedo nos paralice, por el contrario, debe ser nuestra gasolina, lo que nos lleve a dar los siguientes pasos, a atrevernos, a hacer lo que queremos hacer”

A paso firme

Actualmente, Mónica es una próspera emprendedora que está logrando manejar su carrera con mucho éxito. Ella reconoce que una de las claves que la ha llevado hasta este punto es no dejarse vencer por el miedo. “Hay otras carreras que necesitan también a tantas mujeres y si la ingeniería es lo tuyo, atrévete. Si necesitas probar, si necesitas ver, puedes empaparte de eso y tomar la decisión de probarlo sin miedo a lo que venga más adelante”, asegura firmemente la ingeniera mecatrónica. 

De hecho, recuerda que en su promoción de 20 personas solo dos eran mujeres, pero hoy en día, afirma, que el género femenino ya bordea el 40%. “Siempre estoy atenta a estos datos y es que esto me lleva a pensar que el panorama está cambiando”, confiesa. La ingeniería siempre ha sido asociada como una carrera dura, difícil y algunos creen que las mujeres no están listas para ello, pero casos como el de Mónica Abarca nos demuestran que el éxito no depende del género y que las mujeres pueden con todo cuanto se propongan.